CAMBIANDO DE TEMA

Asesta Gobierno federal artero golpe a industria de la construcción

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Por Karina A. Rocha Priego

¿Qué más faltará? La “desaparición” de 11 mil millones de pesos, programados para poner en marcha el programa de mantenimiento y conservación de carreteras federales y, digo “desaparición”, porque de otra manera no podemos explicarnos cómo es que la Secretaría de Hacienda, sin más, canceló dicho programa para este año 2024, dejando a la deriva los trabajos programados en los más de 42 mil kilómetros de red carretera.

Nada más imagínese usted, los trabajos habrían de realizarse en carreteras libres, las de cuota, es responsabilidad de los concesionarios, las otras, del Gobierno, sin embargo, eso fue lo que se canceló y ya de por sí esas están mal, unas verdaderamente intransitables, con esta cancelación, se convertirán en “carreteras de terracería”, como se tenían hace más de 50 años. Y es que, hay que decirlo, esa es la “tirada” de esta administración, que México regrese a los tiempos de las carretas y los caballos para “embolsarse” los recursos que debieran ser para carreteras y caminos.

Se suponía, que el programa hoy cancelado, constaba de obras de señalización, el encarpetado, bacheo, barreras de protección, deshierbe, limpieza de cunetas y alcantarillado, barreras de protección y revisión de puentes, entre otras acciones de mantenimiento, sin embargo, eso no sucederá pues la Secretaría de Hacienda, tuvo a bien “reservar” esos más de 11 mil millones de pesos, ya autorizados por el Congreso mexicano, y ahora, pues quién sabe qué pasará con ese dinero.

Dicen las malas lenguas, no es que se hayan “reservado” los recursos, sino que, al parecer, ¡ya no existen! -desvío flagrante de recursos, lo cual es un delito-, probablemente, y sólo probablemente, puedan haber sido aplicados al Tren Maya o al AIFA que, pese a estar operando, está inconcluso o, en su caso, y parece que ese puede ser el motivo, ¡las elecciones del 2 de junio de 2024!, o sea, desviar 11 mil millones de pesos para “comprar la voluntad chaira”, pues es cada vez más latente que la “corcholata” lo- pezobradorista “va en picada”.

Por supuesto que la SHCP dio a conocer que los recursos “fueron reasignados” a otros gastos y rubros del gobierno federal, hecho bastante grave pues, definitivamente, el gobierno ¡no puede hacer lo que se le dé la gana con el dinero del pueblo! Y, seguramente, argumentarán que es para los que “menos tienen”, cuando en realidad, el destino de ese dinero será desconocido y por mucho tiempo.

De esta irresponsable decisión, resultaron muchos perjudicados, sin decir que los más afectados por la falta de mantenimiento carretero serán los millones de usuarios que tendrán que transitar por “caminos bastante malos” arriesgando, incluso, sus vidas y las de sus familias, no sin antes mencionar que, el estado que guardan las carreteras es pésimo, debido a los constantes recortes presupuestales que ha realizado el gobierno federal al programa de mantenimiento; recortes cuyas explicaciones no han sido dadas a conocer, por lo que, se presume, el desvío ha sido para “favorecer” otros programas, seguramente, clientelares, o de aquellos allegados a esta administración, para salir altamente beneficiados.

Hablar de 11 mil millones de pesos para “programas sociales”, por ejemplo, es hablar de un recurso etiquetado que pretenden aplicar (desviar), sin lugar a dudas, al proceso electoral 2024, como lo han venido haciendo en los últimos procesos que se han llevado a cabo.

Por supuesto, “hoy se cuidan” de no hacer uso de dinero “mal habido”, o sea, proveniente de la delincuencia organizada, en un afán de evitar más señalamientos contra el jefe del Ejecutivo Federal, lo cual, hasta el momento les ha hecho un “gran agujero”, aunque, dicho sea de paso, ese señalamiento no es la primera vez que se hace, pues en marzo de 2023, tras el asesinato de dos estadounidenses en Tamaulipas, el gobierno de Estados Unidos etiquetó a López Obrador como “narcopresidente”.

Por otro lado, querido lector, la cancelación del programa de mantenimiento de carreteras por más de 11 mil millones de pesos, no queda en eso.

Resulta que el día de ayer, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ordenó que sea el Ejército Mexicano el que se encargue del mantenimiento de las carreteras, pues dijo, “con los ingenieros militares nos va mejor”.

Resulta inentendible cómo es que la Secretaría de la Defensa Nacional acepta que los elementos militares que se preparan, por años, con disciplinas extremas para salvaguardar la integridad de nuestro país y sus habitantes, se conviertan en “albañiles mal pagados” y se dediquen a cuestiones de construcción y mantenimiento cuando “no están hechos o preparados para ello”, por ningún motivo eso debe ser aceptado, sin embargo, hemos de darnos cuenta de que hoy, todo pasa a manos del Ejército Mexicano, como una forma “de controlar” el servicio militar y por supuesto a los mexicanos. ¡Así empiezan los gobiernos de izquierda!.

Hoy, dejan en el limbo a decenas de contratistas que entraban a la licitación de mantenimiento de carreteras, los cuales ¡se quedan literalmente sin trabajo!, por lo que se prevé que, en breve, haya despidos masivos de la industria de la construcción por falta de trabajo y de recursos, lo que habla, a su vez, del cómo esta administración pretende “empobrecer” aún más a la población.

Podría usted imaginarse, querido lector, ¿cuántos ciudadanos quedarán sin trabajo? Y, pensando en el “sistema clientelar” que aplica esta administración, la pregunta sería: ¿tendrá el gobierno mexicano el dinero suficiente para mantener a todos esos desempleados? O, ¿será que habrán de desviar recursos de otros tantos programas para satisfacer el ego del jefe del Ejecutivo Federal?

Lo cierto es que, no sólo se trata de “cancelar programas” y desviar recursos, sino del desarrollo del país, como tal.

Se trata de generar empleos y mejorar la calidad de vida de la población, no de perjudicarla más. Cancelar el programa de mantenimiento de carreteras, es cancelar compras, empleos, ventas, por supuesto, poniendo en jaque, como ya se dijo, a la industria de la construcción que ahora tendrá que sentarse a cruzarse de brazos porque, la posibilidad, no de servir al gobierno federal, sino de tener trabajo, ¡se ha ido al caño!…


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