CAMBIANDO DE TEMA

Debate presidencial: un gran perdedor, ¡México!

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Por Karina A. Rocha Priego

Sé que mucho se ha hablado ya del primer debate entre las candidatas y el candidato a la Presidencia de México; sé también que, tras los análisis que se han hecho del mismo, se han emitido opiniones respecto a quién ganó y quién perdió el debate, sin embargo, hay que entender que, el debate, no es un juego de ajedrez que defina un ganador y un perdedor, sin embargo, sí se puede decir que, una vez más, los espectadores fueron los grandes perdedores, pues en realidad, pocas respuestas hubo sobre la situación actual en que se encuentra México y sobre lo que se puede o debe hacer para enderezar este ya tan torcido tronco.

Los grandes problemas que hoy enfrentamos los mexicanos, sin lugar a dudas, son sistemas de salud, educativo y seguridad, y de los tres temas sólo se habló, en el caso de la morenista, de los supuestos logros alcanzados ¡en la Ciudad de México!, nada más, logros que son de dudarse, toda vez que, lo que definió como pésimo el sistema de salud que se aplica en la actualidad, definitivamente fue la pandemia del Covid-19, con ese nos dimos cuenta de que, lo que menos le importa a esta administración es la salud de los mexicanos. Sin hospitales especializados, sin equipo, sin insumos, sin médicos especializados, sin interés del gobierno por atender esta problemática.

No señores, México perdió 700 mil personas por esta enfermedad, aunque, hasta 2022, las propias autoridades de Salud, estimaban que en el país se registrarían 2 millones 351 mil 67 defunciones; sin embargo, ocurrieron poco más de 3 millones, es decir, un exceso acumulado de 650 mil 602 muertes. En realidad, queridos lectores, la cifra real de muertes ocurridas por Covid-19 seguramente nunca se dará a conocer, el propio gobierno no puede aceptar su responsabilidad en esto, el detalle es que, de culminada la pandemia al día de hoy, nada ha cambiado en México, el sistema de salud sigue siendo un asco.

Pero no sólo es la pandemia, son los niños con cáncer que han muerto por falta de tratamiento y medicamentos, niños que vivieron en carne propia el desvío de recursos del sistema de salud para “la manutención de vagos” en este país; la desaparición del Seguro Popular que, en su momento, ¡salvó miles de vidas! y que, por capricho presidencial, fue desechado para supuestamente reemplazarlo por “un sistema mejor”, una farsa. Nada es mejor. El desabasto de insumos, medicamentos, equipamiento, para todo tipo de enfermedades, es una realidad tangible y, no se trata de ver o saber qué se hizo en la Ciudad de México, eso, queridos lectores, “ya fue”; se trata de que las y el candidato dijeran qué van a hacer para “enderezar” el sistema de salud que actualmente rige en México.

¿Seguir con lo mismo? ¿Recuperar recursos para aplicarlos a mejorar lo que se tiene? Porque otro punto importante en lo que a salud se refiere, es apoyar a médicos, enfermeras, camilleros, a todo el personal de salud que opera en clínicas y hospitales pues, para este Gobierno, fue más fácil “importar” médicos de países socialistas para que apoyaran en México, que dar a los connacionales lo que necesitan, incluso, “entierros dignos”, pues decenas de médicos y enfermeras, principalmente, perdieron la vida por la pandemia de Covid-19.

No se trata de seguir con la misma estrategia, se trata de ofrecer -porque para eso pagan los mexicanos- un sistema de salud digno, no clientelar, y mucho menos de bajo costo.

No, queridos lectores, en lo que a salud se refiere, ninguna de las candidatas ni el candidato, dieron la respuesta que los mexicanos esperábamos, respuestas, propuestas, proyectos, y el cómo se habrían de llevar a cabo, no lo hicieron. Las promesas, siempre se las lleva el aire, entonces, en lo que a salud se refiere, en el debate presidencial, nadie ganó, perdieron los mexicanos.

Con el tema de la educación, regresamos a los años 50. El “nuevo sistema educativo” en México ¡es obsoleto!, no hay planeación ni rumbo claro; no hay continuidad en la Secretaría de Educación; el desempeño del sistema educativo en México es muy deficiente. Prácticamente todos los indicadores, al menos los más relevantes, son muy pobres. Además, los cambios en las metodologías de enseñanza y los mecanismos de evaluación, han representado un reto para los docentes y la comunidad estudiantil, reto que no se ha podido superar cuando, estamos a unos cuantos meses de concluir el ciclo escolar y, notamos, los infantes no sólo no han aprendido más, simple y sencillamente ¡no han aprendido nada nuevo!, la mediocridad se apoderó del sistema educativo en México.

Del tema, tampoco se dijo mucho durante el debate, no se externó estrategia fehaciente alguna, una estrategia que comprometiera a las candidatas y el candidato a que sí podría haber cambios importantes para hacer de los estudiantes mexicanos, personas preparadas para enfrentar las adversidades que se les pudieran presentar en el futuro, no, no las hubo. Por el contrario, como “puntada” se aventaron esa de otorgar becas a nivel preescolar, primaria y secundaria, lo cual tendría un costo de 300 mil millones de pesos. Sí, a eso aspira la candidata morenista, 300 mil millones de pesos para becar a niños y niñas desde kínder hasta secundaria, pero, ¿de dónde? ¡Claro, de los impuestos de los contribuyentes cautivos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público!.

Dinero que, si bien es cierto, podría ayudar a cientos de infantes a continuar con la escuela, también son recursos que podrían ayudar a miles de familias mexicanas que carecen hasta de lo más elemental. No se trata de “tirar el dinero de los impuestos de los mexicanos a la basura”, sólo “por quedar bien” o pretender “quedar bien” para lograr el objetivo de “convertir a México” a un sistema político de “pobres por pobres”, de “miserables por miserables”.

Sin embargo, preguntaríamos, ¿y si hay fuga de capitales en México? -que ya la hay-, pues decenas de familias están dejando su país de origen ante las amenazas de pobreza.

Pero estarán de acuerdo que, los que se van, es porque pueden hacerlo, porque tienen los suficientes recursos económicos, los cuales se están yendo a otros países por la amenaza que para ellos representa un sistema político de “carencias, mentiras, promesas incumplibles”, promesas de “igualdad”, pero sólo para unos cuantos, a eso se le puede comparar con una “fuga de capitales”, lo que a su vez representaría miles de millones de impuestos que ¡no serán pagados en México!.

Entonces, queridos lectores, ¿de dónde pretende la candidata morenista sacar esos 300 mil millones de pesos para becar a niños de kínder, primaria y secundaria? Se oye bonito, atractivo, pero, estarán de acuerdo, ¡incumplible!, sin embargo, es “bandera de campaña” que muchos mexicanos no entienden que esta, es un sueño guajiro y que sólo es eso, “tema de campaña” para convencer a los que menos tienen y pueden, como lo han hecho con los programas sociales que han costado miles de millones de pesos a México al grado de poner en riesgo “económico” al país.

Es más, se sabe que, en los cinco años de gobierno de la actual administración federal, se ha aplicado un total de 6.5 billones de pesos, pero mientras crecen los montos presupuestales de nueve programas prioritarios, a través de los cuales se transfiere dinero a la población, especialistas en política pública ven con preocupación que este gasto se utilice más con fines electorales que con la intención de ayudar a las personas más vulnerables, dinero que, en parte, ¡se ha tirado a la basura!…


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