Desde que López Obrador asumió el poder, en nuestro país ha prevalecido la intolerancia política, ideológica y social. La persecución política y el espionaje se han convertido en una constante hacia los opositores. Además, la libertad de expresión y el acceso a la información se encuentran en peligro todos los días.
El oficialismo utiliza de manera indebida los recursos públicos y vulnera entre otros, el respeto a la privacidad y la igualdad, lo que implica una grave violación a los derechos humanos. Además en la Ciudad de México el actual Jefe de Gobierno está manejando de manera corrupta e ilegal todo el aparato del Estado para favorecer a su candidata. Está moviendo cielo, mar y tierra porque no levanta en las encuestas.