Multitudes de iraníes lloraron sobre los ataúdes de las víctimas de dos mortíferas explosiones, mientras el ministro del Interior declaraba el viernes que varios sospechosos habían sido detenidos por los ataques, reivindicados por el Estado Islámico.
La multitud coreaba “venganza, venganza” en las imágenes de la televisión estatal de los funerales en la ciudad de Kermán, escenario de las explosiones del miércoles, los atentados más sangrientos en Irán desde la Revolución Islámica de 1979.
Cerca de 100 personas murieron el miércoles en la ciudad de Kermán, mientras asistían a un servicio de conmemoración por el comandante en jefe Qassem Soleimani, asesinado en Irak en 2020 por un dron estadounidense.
El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, dijo a la televisión estatal que se había detenido a varios sospechosos.
“Las agencias de inteligencia de nuestro país han encontrado muy buenas pistas sobre los elementos implicados en las explosiones terroristas en Kermán y una parte de los que tuvieron un papel en este incidente han sido detenidos”, dijo sin dar más detalles.
El Estado Islámico reivindicó el jueves que dos de sus miembros habían detonado cinturones explosivos en la multitud que se había reunido en el cementerio de la ciudad del sureste.
“Los encontraremos dondequiera que estén”, dijo el comandante de la Guardia Revolucionaria, el general de división Hossein Salami, en el funeral en el centro religioso Imam Ali de Kermán.
“Nuestros enemigos pueden ver el poder de Irán y el mundo entero conoce su fuerza y sus capacidades”, dijo el presidente Ebrahim Raisi en un discurso televisado. “Nuestras fuerzas decidirán el lugar y el momento de entrar en acción”.
Teherán acusa a menudo a Israel y Estados Unidos de respaldar a grupos armados antiiraníes que han perpetrado atentados en el pasado.
Las explosiones del miércoles, las más sangrientas desde la Revolución Islámica de 1979, ocurrieron cuando la guerra de Israel contra Hamás en Gaza está a punto de cumplir tres meses.
En 2022, el Dáesh reivindicó la autoría de un atentado mortal contra un santuario chií en Irán en el que murieron 15 personas, mientras que otros atentados anteriores reivindicados por el Estado Islámico incluyen dos atentados en 2017 contra el Parlamento iraní y la tumba del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini.
