La Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, lleva semanas compartiendo con Israel las ubicaciones de los grupos humanitarios que operan en la Franja de Gaza para evitar ataques contra sus instalaciones, pero las fuerzas israelíes continúan bombardeándolas a pesar de saber exactamente cuáles son los blancos, reporta Politico.
Tres fuentes al tanto de estas comunicaciones confirmaron al medio que la información con coordenadas de GPS de una serie de instalaciones médicas y datos sobre los movimientos de los trabajadores humanitarios en el enclave palestino fue proporcionada al Gobierno israelí durante al menos un mes.
Sin embargo, Israel siguió lanzando ataques contra Hamás en estos lugares o cerca de ellos, incluyendo hospitales, al tiempo que continuó destruyendo edificios en Gaza y bloqueando el ingreso de camiones con combustible y otros suministros críticos para los residentes locales.
No queda claro si EE.UU. elaboró una lista oficial de lugares que pidió no atacar o si solamente estaba facilitando una guía, pero sus funcionarios han ayudado a transmitir a Israel las coordenadas de los equipos que reparten alimentos y brindan atención médica en Gaza, que operan en hospitales, en oficinas más pequeñas y viven en pensiones. Una de las ubicaciones compartidas por el Gobierno estadounidense con Tel Aviv fue el hospital Al Shifa, que terminó siendo atacado por Israel.
Tampoco se sabe si Israel decidió ignorar la información proporcionada o si los sistemas de desescalada de conflictos son demasiado irregulares. “Cualquiera de las dos posibilidades es alarmante dado que la guerra entre Israel y Hamas ya está en su segundo mes y no se vislumbra un final”, concluye Politico.
