Para el diputado local de Morena Isaac Montoya, la realidad en Naucalpan es crítica, con niveles de inseguridad que lo colocan por arriba de Ecatepec, pese a tener menos población; por lo cual es urgente un cambio en temas como la estrategia de seguridad y la atención a la ciudadanía.
Lamentó que la actual administración no escuche a la gente, haya decidido destinar un presupuesto mínimo a obra pública, a obras de infraestructura en agua, pues la mayoría de los recursos en el organismo de agua se va en sueldos y consideró que la actual alcaldesa debería evaluar para qué quiere reelegirse, si hasta el momento ha resultado reprobada.
No obstante, destacó que todo eso abre la posibilidad a Morena para una alternancia y a quienes no están de acuerdo en el rumbo que ha tomado Naucalpan y resaltó que hay interés de los gobiernos estatal y federal por echar andar la universidad que el ayuntamiento no aceptó apoyar, pero además viene la Línea tres del Mexicable, después de esperarla por prácticamente diez años.
El ambiente con la actual administración es desolador y distante de las causas de las comunidades, estamos padeciendo un gobierno que no ve, que no escucha en cada colonia y fraccionamiento, y eso se ve reflejado en un presupuesto muy enfocado a unas cuantas zonas que abarca solo un 30% en el plan de obra.
Tenemos el plan de obra más bajo en la historia de Naucalpan con apenas 220 millones de pesos, mientras Atizapán, que tiene menos población cuenta con mil 400 o mil 500 millones, o Tecámac con la mitad de la población tiene más de 400 millones, o Zumpango con 800 millones de pesos en obra.
El ejercicio de los recursos públicos ha resultado desconectado de las necesidades y el actual gobierno culpa al pasado, cuando la gente quiere resultados y respuestas.
o va a haber un legado, ni una obra emblemática, las partidas presupuestales llegan, pero no se ve que se estén utilizando para el bienestar de la gente.
La presidenta ha recibido más de mil millones de pesos adicionales a los que recibió la anterior administración.
No se ven avances en las áreas más sensibles que son seguridad y agua. En seguridad no va a poder funcionar un municipio que tiene sólo 60 cámaras en todo el municipio y 130 patrullas, que es una cantidad muy baja.
Los policías no tienen equipamiento, ni garantías, ni un seguro de vida. Tienen un problema de que deben pagar las refacciones de patrullas, hay un mecanismo de corrupción alentado desde los altos niveles para que la policía recaude pisoteando la ciudadanía y eso hace que la gente no confíe en la policía.
No hay una estrategia de seguridad, ni capacitación, ni equipamiento. Nunca en la historia Naucalpan había estado superando a Ecatepec en índice delictivo y hoy los datos de la Secretaría del Sistema de Seguridad Pública señalan que estamos por encima, como el robo en transporte público y la extorsión.
Se requiere gente que quiera a Naucalpan y no gente que responda a un fin de lucro, o a personas; se requiere voluntad política.
Han culpado a la Federación por el tema del agua, pero es un tema que toca a los tres niveles de gobierno y cuestionamos qué ha hecho el municipio porque en el organismo de agua el 87% se va a sueldos y apenas 1.8% a obras de infraestructura.
La gente necesita que les resuelvan, pero cómo lo van a resolver quienes no conocen, quienes no escuchan a la gente, o escuchan, pero no resuelven. Es muy acotado el número de personas que se han visto beneficiadas en estos tres años.
Es un municipio con una burocracia muy cara, con una carga de favores políticos demasiado asfixiante y una situación de traición a los naucalpenses porque no están ocupados en resolver las problemáticas de la ciudadanía, sino de un jefe político, y en función de eso, las decisiones se van orientando a esa voluntad.
En la última encuesta de seguridad del INEGI salimos como el segundo lugar a nivel nacional donde la gente se percibe más insegura. Podrán decir lo que quieran, pero en el Naucalpan real hay miedo desconfianza, un gobierno ausente y no parece haber interés de atender a la gente.
