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NASA fracasa en su regreso a la Luna

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El viaje del módulo Peregrine de Astrobotic, que marcaba el regreso de la NASA a la Luna tras más de 50 años y el primer viaje de una misión de México y la UNAM al satélite, despegó según lo planeado. Sin embargo, apenas unas horas después el viaje se convirtió en incertidumbre, y finalmente en un fracaso en poder llegar a la Luna.

Los problemas del módulo Peregrine comenzaron a cuentagotas, primero con una anomalía que impedía a la nave orientarse de forma estable en dirección al Sol para obtener energía, que se determinó era provocada por un malfuncionamiento en el sistema de propulsión, lo que ponía en riesgo la capacidad de la nave para realizar un “aterrizaje suave” en la Luna.

Aunque la posición de la nave se pudo corregir con una maniobra improvisada para recargar sus baterías, también se descubrió que el origen del problema se debía a una falla en el sistema de propulsión, que estaba causando una pérdida crítica de combustible.

Astrobotic también indicó se estaba buscando estabilizar la fuga, su prioridad era maximizar la ciencia y los datos que se podían capturar, a tal punto que el equipo de la misión se encontraba evaluando perfiles de misión alternativos factibles, es decir, buscando cómo aprovechar los recursos disponibles para realizar la mayor cantidad de investigaciones.

Su actualización 6, publicada a las 8 pm, hora del centro de México, del 8 de enero fue contundente. Derivado de la fuga de combustible, Peregrine no era capaz de mantenerse estable y sus propulsores estaban funcionando por debajo de su capacidad.

Como resultado, dijo Astrobotic, si los propulsores podían seguir operativos, se estimaba que la nave podía seguir apuntando al Sol de forma segura por unas 40 horas más, es decir, hasta el mediodía del miércoles 10 de enero.

A pesar de los problemas, la esencia de la misión se mantiene, pues Astrobotic aseguró que el objetivo era llevar a Peregrine lo más cerca posible de la Luna antes de perder la habilidad de mantener la nave apuntando hacia el Sol, con su eventual pérdida de energía al no tener la capacidad para recargar sus baterías.

A diferencia de las misiones realizadas por la NASA o alguna otra agencia espacial, la misión Peregrine, a bordo del cohete Vulcan de United Launch Alliance (ULA), marcaba una nueva etapa de exploración espacial privada a la Luna.

El proyecto, a cargo de Astrobotic, permitía adquirir espacio dentro del módulo para poder lanzar múltiples misiones de exploración de distintos clientes, entre ellos varias cargas útiles de la NASA como un detector de radiación y espectrómetros para buscar evidencia de hielo bajo la superficie del satélite.

En el caso de la agencia, marcaba su regreso a la Luna más de 50 años después, no con una de sus misiones ni como parte de Artemis, sino en un proyecto espacial comercial.

Como parte de estos clientes también estaba COLMENA, un proyecto realizado por la UNAM que tenía la intención de llevar a la Luna cinco pequeños robots que analizarían el regolito (el polvo lunar) para producir oxígeno y metales, pero que también intentarían  y que intentarían conectarse entre sí para crear un panel solar y generar energía.

Sin embargo, ahora que el alunizaje ya no es opción, la misión COLMENA no podrá realizarse, al estar diseñados para explorar la superficie del satélite, aunque para la UNAM queda como conocimiento todo el desarrollo técnico para miniaturizar los sistemas robóticos y la formación de alumnos de la casa de estudios.


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