La vocera de la cancillería rusa, María Zajárova, rechazó en su canal de Telegram las recientes declaraciones de John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien desestimó el peligro que suponen las municiones con uranio empobrecido para la salud humana.
“¿Qué es esto: mentiras o estupidez?”, se preguntaba la diplomática. Zajárova recordó que los daños que genera a la salud humana este tipo de munición están suficientemente documentados.
“Se ha escrito en repetidas ocasiones sobre la toxicidad del uranio empobrecido, su particular peligro para el cuerpo humano en forma de polvo radioactivo, así como el efecto de la contaminación del suelo con radionucleidos”, sostuvo.
De acuerdo con anuncios recientes, Washington planea enviar a Ucrania munición con uranio empobrecido como parte de la ayuda militar, siguiendo los pasos de Reino Unido que había anunciado una asistencia similar a principios de este año.
“Les recuerdo que en los lugares en los que se utilizaron municiones con uranio empobrecido, se multiplicaron los casos de enfermedades oncológicas”, escribió.
Asimismo, Zajárova señaló que si bien la agresión de la OTAN a Yugoslavia tuvo como principal víctima al pueblo serbio, también los soldados de la Alianza Atlántica que utilizaron armamento con uranio empobrecido, particularmente los italianos, sufrieron las consecuencias y citó las cifras de un informe de 252 páginas del Parlamento de Italia.
“Entonces, de 7.500 personas expuestas a sustancias tóxicas y radiación, 372 murieron (5 % de letalidad, es decir, 1 persona cada 20). Además, murieron de dolorosas complicaciones oncológicas: disfunción renal, cáncer de pulmón, cáncer de huesos, cáncer de esófago, desarrollo degenerativo de la piel, linfoma de Hodgkin, leucemia”.
“Según el Ministerio de Salud de Serbia, en las regiones sometidas a los bombardeos y ataques de la OTAN, se registra un aumento significativo de las siguientes enfermedades: cáncer, infertilidad en los hombres, enfermedades autoinmunes de amplia patología, complicaciones patológicas del embarazo y trastornos mentales en niños”, concluyó María Zajárova.
