Por Karina A. Rocha Priego
Durante los últimos 70 años, Cuba ha vivido bajo el comunismo, donde más de 11 millones de habitantes se quedaron en los años 50, padeciendo toda clase de carencias y, a pesar de vivir en un verdadero vergel, carecen de lo más elemental. Si bien es cierto cuentan con un muy buen sistema educativo y de salud, de la isla no salen.
¿Cuántos cubanos no desean todos los días dejar la isla y lograr su libertad? Pero pocos lo logran y hoy, parece que su situación es cada vez más grave. Resulta que su sistema de gobierno los ha dejado cada vez más pobres y abandonados. Hoy, los cubanos ¡se mueren de hambre!.
¿Ese es el México del futuro que queremos para nuestros hijos? Resulta, queridos lectores, que ese es el sistema de Gobierno que la 4T busca para este país y, a pasos agigantados va manipulando a la población con programas sociales que sólo les da “dinero”, un dinero que se recauda a través de los impuestos que los contribuyentes cautivos tienen que pagar mensualmente, impuestos que se supondría, debieran ser aplicados a mejoras en todo el país.
Para dotar de electricidad a todos los lugares a donde no la tienen; para garantizar el abasto de agua en los lugares donde no les llega ni una gota; para mantenimiento de calles y avenidas, para mantenimiento de carreteras, trabajos que, por cierto, ya le endilgaron al Ejército mexicano, convirtiendo a nuestros soldados en “albañiles”, en lugar de mejorarles los sueldos y prepararlos para salvaguardar la integridad de nuestro país.
A muchos se les ha olvidado que la misión de la Secretaría de la Defensa Nacional, de los elementos castrenses, es organizar, administrar y preparar al Ejército y la Fuerza Aérea, con el objeto de defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; garantizar la seguridad interior y coadyuvar con el desarrollo nacional.
En ningún lado dice que los soldados mexicanos tengan “la obligación” de convertirse en albañiles, en reparadores de carreteras, en lavadores de tinacos, o en limpiadores de pisos, sin embargo, el desvío de recursos ha obligado al Gobierno (sic) a emplear a los castrenses para que realicen tareas sin necesidad de aplicar grandes cantidades de recursos económicos, pues esos, han sido ilegalmente desviados para “llenar el cochinito” de candidaturas electorales.
Pero eso, queridos lectores, no garantiza un mejor México. Lo estamos viviendo con Cuba, donde su sistema, hoy los está llevando a rogar por ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) ante “dificultades para distribuir leche subvencionada a los menores de 7 años”.
Las dificultades económicas crónicas de Cuba han degenerado en una grave crisis alimentaria ya desde antes de la pandemia, por lo que la dirección ejecutiva de este brazo de Naciones Unidas, que se define como “la mayor organización humanitaria del mundo”, ha tenido que enviar leche en polvo a la isla.
El programa de la ONU, que reconoce una “necesidad urgente”, subrayó “la importancia de esta solicitud”, especialmente en el contexto de “profunda crisis económica que enfrenta Cuba”, algo que a su juicio está impactando “significativamente en la seguridad alimentaria y nutricional de la población”, no sólo de los niños, sino de todos los cubanos.
Lamentablemente, querido lector, esto se vive en un pequeño país con apenas 8.5 millones de habitantes mientras, México, alberga más de 127 millones, donde la mayor parte son niños y adolescentes que necesitan de una buena alimentación, buena educación, un mejor sistema de salud. Una mejor vida, por la que todos luchamos día a día. Donde la mayoría de los mexicanos “son aspiracionistas”, o sea, aspiran a una vida mejor, esa que, definitivamente, se está perdiendo ante una idea absurda de “cambiar la libertad de los mexicanos” por huevos contados o litros de leche, que no es leche, o por libros de texto que son todo, menos educativos.
Hoy, ese Cuba que presume armas nucleares, que cuenta “con el apoyo” (sic) de otros países socialistas, como China, Rusia o Venezuela ¡no tiene para dar de comer a sus habitantes!, teniendo que dejar su orgullo a un lado y pedir auxilio a las Naciones Unidas.
Un país donde los más ricos, son sus gobernantes, unos cuantos, pero nada más.
Hoy, el pueblo cubano carece hasta de lo más elemental, ¡alimentos!, ¡leche para los niños!, porque esta escasea desde hace años en Cuba, aunque en general los niños (y personas con dietas especiales) podían contar con una cantidad al mes a través de la libreta de abastecimiento (cartilla de racionamiento) a un precio altamente subvencionado (2,5 pesos por kilogramo, unos 21 centavos de dólar), pero hoy, la disponibilidad de leche de fuente estatal, se ha deteriorado en los últimos meses.
Algunas provincias han recortado la población priorizada o reducido las cantidades entregadas, mientras que otras han empezado a distribuir como sustituto bebidas vitaminadas. Frente a estas dificultades, en Cuba es posible encontrar leche líquida y en polvo en algunas de las empresas del incipiente sector privado, pero a precios inaccesibles para la inmensa mayoría de los cubanos.
Querido lector, tenemos un magnífico país, un país de libertades, con pobreza en muchas comunidades y poblados, sí, pero donde los padres hacen hasta lo imposible por dar a sus hijos lo más elemental, no tienen por qué pedir limosna y si el Gobierno actual los llena de dinero a través de programas sociales, es porque ¡los mexicanos! pagan puntualmente sus impuestos para que ese dinero se distribuya, no es un “regalo” del Gobierno, es un “regalo” que todos los mexicanos aportan para los que menos tienen y ese recurso hay que cuidarlo y aplicarlo para beneficio de las familias, no para engordar el ego de un gobierno destructor y mezquino.
Hoy, Cuba ¡se muere de hambre!, México no tiene por qué caer en lo mismo, ¿o sí?…
