CAMBIANDO DE TEMA

México, ha sido dos veces lastimado en un mismo día

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Por Karina A. Rocha Priego

“En resumen, el 16 de septiembre de 1810 estalló una revolución social de la cual nacería nuestro país como una nación independiente, libre y soberana. El 27 de septiembre de 1821 culminó la Independencia de México, después de una guerra de 11 años que fue una gran revolución popular para librarse del dominio español”.

El pasado 15 de septiembre se celebró en México el 213 Aniversario del Grito de Independencia, al cual, una vez más “le cambiaron la letra, al antojo de quienes lo daban en sus estados y municipios originarios”, incluso en Palacio Nacional hubo cambios y adhesiones en el Grito, sin embargo, todo transcurrió en santa paz.

Lo que no sucedió durante el magno desfile cívico militar, acostumbrado cada 16 de septiembre para celebrar ¡la independencia de México!, o sea, para recordar que ¡somos un país libre! pues, si bien fue magno, como siempre nuestro Ejército Mexicano se luce y enorgullece, no así el haber infiltrado contingentes extranjeros en un evento meramente ¡mexicano!; contingentes de países socialistas que nada tienen que ver con nuestra democracia y libertad.

Hoy los mexicanos denostamos esa intromisión, aunque hayan sido “invitados”, y no sólo los mexicanos, pues las reacciones hacia esa “grosería” no se han dejado esperar. Se siente cómo un acto para minimizar a nuestros elementos del Ejército, de Marina, de la Guardia Nacional que pierden la vida diariamente en la guerra contra el narcotráfico.

Para estos, ha sido indignante la presencia de tropas rusas en nuestro desfile de conmemoración, encima de todo, la presencia igual de soldados cubanos, venezolanos y nicaragüenses, un insulto -dicen- a la denuncia estricta e histórica de México contra regímenes agresores y dictatoriales como el de Putin, Ortega, Maduro y Díaz; esto, queridos lectores, es lo que se lee en todas las redes sociales, no debió ser, definitivamente. Estamos celebrando ¡nuestra independencia!, y manchan el evento “quedando bien” con quienes no son capaces ni siquiera de quedar bien con el pueblo que gobiernan. Definitivamente ¡no debió ser! y no se debe volver a permitir, NUNCA…

Como nunca debió haberse llevado a cabo la extradición de Ovidio Guzmán este 15 de septiembre, aunque haya sido como “respuesta a la buena fe” (sic) de nuestro país hacia el vecino del norte que, seguramente, “presionó” para que les fuera entregado el hijo de Joaquín Guzmán Loera, (a) “El Chapo”, recluido desde 2017 en Estados Unidos.

¿Por qué el 15 de septiembre? si este fue capturado hace poco más de 8 meses, tiempo en el que fue solicitada dicha extradición en diversas ocasiones y negada las mismas veces.
Dicen, el Presidente de México terminó “doblegándose” ante el mandato de los estadounidenses, no lo podemos creer, no es el estilo de López Obrador, mucho menos en una fecha tan importante como la celebración del 213 Aniversario de la Independencia de México, no así, no poniendo en riesgo la seguridad de los mexicanos, pero, sobre todo, no poniendo en riesgo tan burdamente la seguridad del juez que giró la orden de extradición.

De nadie es desconocida la relación que existe entre la familia de “El Chapo” y el gobierno federal. Ha sido clara, muy vista y más criticada, pero existe, al grado de hablarse de una “protección incalculable” sobre el Cártel de Sinaloa que, dicen, es y ha sido desde el inicio de la administración amlista, en el “brazo electoral” para que Morena ganara la mayoría de las gubernaturas en 2021 y 2022. Ahora, se esperan toda clase de reacciones por parte del cártel, principalmente por parte de la familia de Ovidio Guzmán, quien, seguramente, ¡no regresará jamás a México!.

No se olvida, sin embargo, lo que sucedió en 2019 cuando Ovidio Guzmán fue detenido y dejado en libertad. Entonces, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Alfonso Durazo, informó de la captura de Ovidio Guzmán López en Culiacán, detención que hizo que las células del Cártel de Sinaloa desataran una ola de violencia en Culiacán de tal magnitud que provocó los rumores de que las autoridades lo habrían liberado para evitar represalias contra la población. De hecho, se dijo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador había decidido liberar a Ovidio Guzmán para “proteger vidas” ante el aumento violencia en la ciudad, sin embargo, lo único que entonces se logró, es que el presidente López Obrador empoderara al llamado “Cártel de Los Chapitos”, quienes han sido considerados en la principal amenaza a la salud de millones de estadounidenses.

Pero en enero de este año, autoridades mexicanas recapturaron a Ovidio en una operación realizada a temprana hora en Culiacán, Sinaloa, otra vez, y lo trasladaron a una fiscalía especial en Ciudad de México, con lo que el gobierno federal pudo atribuirse una victoria en los esfuerzos para combatir la violencia durante uno de los periodos más mortíferos en la historia de México y el pasado 7 de julio, el Juzgado Quinto de Distrito en materia de amparo y juicios federales, con sede en Toluca, Estado de México, negó la protección de la justicia federal a Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien buscaba frenar su proceso de extradición a Estados Unidos. Ese fue el último intento legal que pudo hacer. Hoy ya está en Chicago, Estados Unidos, donde es reclamado por las autoridades de dicho distrito.

Para el gobierno mexicano, se ha complicado el poder seguir sosteniendo compromisos con el Cártel de Sinaloa y, peor aún, el poder continuar con la protección que se le venía dando.

México, sin lugar a dudas, ha sido dos veces lastimado en un mismo día. Primero, la incursión de contingentes extranjeros (socialistas) en el desfile conmemorativo del 16 de septiembre; Segundo, la extradición de Ovidio Guzmán por mandato del gobierno estadounidense, no sin antes haber acusado al gobierno mexicano de “saludar por la mañana a los representantes de la DEA, acordar combatir al narcotráfico, y por las noches reunirse con los capos de los cárteles a divertirse con las niñas, y llenar de abrazos a los narcos”.

Se teme, entonces, que México sufra en próximos días la furia de no cumplir con la palabra empeñada con “los narcos”, por lo que, desde el juez que giró la orden de extradición, hasta miembros del gobierno federal, deberán obtener protección inmediata, las 24 horas del día, pues, si algo es cierto, es que “con el narco no se juega”. No se les puede prometer y luego traicionar. Se pone peor, la extradición de Ovidio Guzmán ha puesto a temblar a muchos pues, se presume, este no se dejará amedrentar y no tarda en revelar cómo fue la participación del narco para ayudar a Morena a poner gobernadores, peor aun cuando se dice que la DEA ya documentó de cómo se financió las campañas de Morena en 2021 y a quién le transfirieron el dinero de parte de los narcos. Ese es el riesgo que hoy se corre y del cual, muchos mexicanos deberían estar alertas.

No está fácil, al parecer, le esperan a México días bastante difíciles y a la administración federal, muchos más…


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